miércoles, 21 de abril de 2010

Definiendo trayectorias, fundando espacios y estableciendo relaciones: fenomenología y vínculos relacionales en las postales de Laiza Onofre.


Colocar un objeto es fundar un espacio, significarlo, marcarlo, para desde su origen, darle sentido a nuestra existencia. El espacio es fundado por el objeto como éste a su vez es creado por la inteligencia y sensibilidad del ser humano. Esa es la esencia de la cultura: el hombre transforma la naturaleza para que sus creaciones establezcan en ella un esquema mental y simbólico. Siempre el ser humano ha logrado darle sentido a su existencia a partir de los objetos que la acumulación sociocultural de su historia le ha permitido crear, para con ellos fundar los espacios que le dan sentido a su realidad.


En la sociedad actual la función de los objetos ha dejado de ser propiciatoria de relaciones reales, entre objetos, espacio y seres humanos. La proliferación de la economía terciaria, la expansión del tejido social vía redes sociales inmateriales, y la evidente dinámica descarnada del hombre actual en la gran mayoría de sus actividades cotidianas, han rezagado el poder simbólico de los objetos a un plano prácticamente imperceptible dentro de fenómenos en los cuales se trataba de algo fundamental.


El acto epistolar, es hoy un romántico recuerdo para casi todos los seres humanos. De la carta al E.Mail, y de ahí al muro de Facebook o Twitter. No existe más la carta como un objeto que útil para fundar un espacio, trazar una línea relacional que se podía significar como un lazo entre dos seres humanos.


Laiza Onofre busca resignificar esa práctica, combatir la inmaterialidad de las relaciones afectivas y regalarnos objetos para fundar un espacio y compartir experiencias con ella. Combate a muerte contra gusanito.com, los Power Points de filosofía rosa y las cadenas de oraciones religiosas. Su proyecto, ha logrado trazar largas trayectorias para cimentar importantes relaciones afectivas con todos los involucrados, reorientando ciertas nociones al Correo que para muchos de nosotros pueden encontrarse limitadas a la incomodidad que representa el recibir avisos de la Secretaría de Hacienda, facturas por pagar y estados de cuenta en números rojos.


A pesar de que el arte correo tiene décadas de tradición, el proyecto de Onofre adquiere un valor agregado al enfrentar un contexto diferente al que permitió el desarrollo de proyectos a gente como Ulises Carrión hace más de 30 años. Partiendo de la manufactura de pequeños objetos, Laiza ha sido capaz de configurar una extensa cartografía desde la cual, uno puede presenciar relaciones humanas reales.

José Jiménez Ortiz
Ciudad de México, Marzo del 2010

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